· 

Kyoukai no Kanata Prólogo

PRÓLOGO

Kuriyama Mirai. Ella... es una niña un poco rara.

 

Tiene una apariencia un poco descuidada, sus cualidades se limitan a un cabello lívido y curvado, que llega hasta los hombros y unas gafas de borde rojo. Es de baja estatura y muy delgada. Desafortunadamente, no había nada que destacara en su físico a diferencia de otras niñas de su edad que estaban mejor desarrolladas. Es una estudiante de primer año, un año por debajo mío. Si aún no llegó a su cumpleaños, seguro tendría 15 años de edad en la escuela secundaria. No es una sorpresa que yo, un estudiante de secundaria, llegara a conocer a una chica de secundaria, pero este encuentro - tal vez fue algo que sólo podría sucederme a mí.

 

Recuerdo que ocurrió después de las vacaciones de primavera y cuando todavía me estaba adaptando a mi nueva clase.

 

En otras palabras, fue a principios de abril. Fue sólo una mera casualidad.

 

Después de clases, fui al club de literatura como siempre, leí por una hora o algo así y luego dejé el edificio de la escuela después de prepararme para ir a casa. Si esa secuencia se hubiera detenido, aunque fuera por un minuto, seguramente la casualidad no se habría producido. Al día siguiente habría visto un titular en la esquina del periódico local, "Chica de instituto salta hacia su muerte", lo leería y pensaría, "Suicidio en nuestro instituto, espero no exageren con eso". Luego de leerlo no tendría motivos para seguir pensando en ese tema.

 

Suicidio.

 

El diccionario lo describe como algo así como "quitarse la vida". Es un acto que probablemente nunca intentaría. No es una cuestión moral, sino más bien un criterio primordial. Puede que intente suicidarme en el futuro para obtener más atención, pero aun así es poco razonable y poco atractivo para mí.

 

Ese día.

 

Ese día cuando el cielo azul estaba despejado.

 

Miré a la azotea del nuevo edificio de la escuela y vi a una chica que se veía hermosa con gafas. Forzando un poco mi vista, puede saber que era una nueva estudiante por el color de su listón. La chica estaba parada al borde de la valla de seguridad con una expresión vacía en su cara. Si daba un paso más, su cuerpo caería sin desafiar la gravedad. Era una posición muy peligrosa.

 

Ahora, quiero que prestes atención a una cosa.

 

Hay dos formas en las que la historia puede progresar.

 

La primera es cuando el protagonista participa activamente en la historia y esta continua con él.

 

La segunda es cuando el protagonista se rehúsa a participar en la historia. Y la historia progresa por sí sola.

 

Si yo fuera el protagonista de una historia, definitivamente sería el último, pero como era de esperarse, no tenía los nervios de acero para ignorar esa situación. Tiré la bolsa que tenía en la mano y me dirigí a la azotea inmediatamente. Tardé unos cinco minutos en llegar allí. Cuando abrí la puerta que prohibía el acceso y pude llegar a la azotea, pude ver la pequeña silueta de su espalda.

 

Todavía no había saltado. Le grité varias palabras mientras puse mi mano en mi pecho.

 

No te contare todo lo que dije, solo arruinaría el momento, pero, de todos modos, recuerdo decirle que, "una persona que se ve tan bien con gafas como tú no debería morir". Pensándolo bien podría haber iniciado con una historia sobre lo útiles que son las gafas. Y al final, grite:

 

—En resumen, me encantan las gafas.

 

—Que desagradable—, dijo ella.

 

Saltó la valla, la cual era mucho más alta que ella. Fue un salto que ignoró toda la física. Casi simultáneamente, se formó algo parecido a una espada roja-oscura en la su mano izquierda. No podía entender lo que sucedía y solo pude observar mientras estaba aturdido.

 

En solo un segundo, la espada roja-oscura que se extendía como una lanza estaba perforando mi abdomen. Sucedió tan rápido que no hubo tiempo para soltar un grito de dolor. Vomite una gran cantidad de sangre, de seguro mi sistema digestivo se había dañado. No necesitaba revisar para saber que era una herida mortal. Todo lo que podía hacer era soportar el dolor para no quedarme inconsciente.

 

—Te metiste con la persona equivocada.

 

Dijo ella en voz baja. Sus ojos eran fríos y aterradores.

 

Un ataque suicida repentino.

 

No es algo tan inusual. Me pasaba casi todos los días.

 

Ella seguía pendiente de mí y lista para la batalla. Mientras mi sangre goteaba por la espada roja-oscura hasta llegar al suelo. Era una escena inusual para una azotea después de la escuela. Al menos no era algo que ocurriera frecuentemente en los terrenos de un instituto. De todos modos, la chica frente a mí, Kuriyama Mirai, probablemente no sea una persona normal. Por el simple hecho de que las personas normales no pueden crear una espada de la nada. Por supuesto, debería ignorar la posibilidad de que sea una maga profesional.

 

Como sea, cuando se conoce a un humano fuera de lo normal, hay dos opciones a elegir: mostrar hostilidad o mostrar empatía. Y pues... siempre termino eligiendo lo último. Es como si fuera mi obligación, agradeciendo de que haya existido.

 

—... Ehmm disculpa

 

Sonreí lo más amable que pude. Luego señale la espada roja-oscura que atravesaba abdomen.

 

Trate de no mirar hacia abajo, mi rostro siempre se tornaba sombrío cuando veía gotear sangre.

 

—¿Por ahora... podrías… hacer algo con esto ...?

 

—... ¿Ah?

 

Dijo con un tono confundido. Tampoco me extraña. Normalmente un humano normal ya habría perdido la conciencia por toda la sangre perdida. Yo, no lo era. Ella se sorprendió aún más luego de saber quién era realmente. La mire lo más amable posible.

 

—... por favor...

 

Una pausa.

 

—¿Quién diablos eres?

 

La niña, que estaba bañada con mi sangre creaba una atmósfera aterradora,y retorcía su rostro por la confusión.

 

—Esa es mi línea.

  

Así es como Kuriyama Mirai y yo nos conocimos. La probabilidad de que la relación entre dos personas que han tenido ese primer contacto termine llegando a dar frutos es tan pequeña como quedar atrapado en un caso de asesinato en una posada en medio de una autopista. Mierda, que dolor.