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Prólogo: Héroes y brujas

Un chico y una chica estaban de pie en un campo de batalla que se había convertido en un desastre desolador.

 

Ambos parecían tener unos quince o dieciséis años. Sin embargo, a pesar de su apariencia juvenil, ambos eran lo suficientemente poderosos como para afectar el destino de este mundo.

 

"...... Así que ya has aprendido a maldecirme".

 

La chica de pelo plateado que maldijo este mundo y causó varios desastres. Una bruja.

 

"Por supuesto. Porque fui elegida para exorcizar tu maldición".

 

El chico de pelo rubio que respondió a la pregunta era el héroe más fuerte responsable de salvar este mundo.

 

"Si es ...... entonces no tienes que preocuparte más".

 

Sus ropas estaban desgarradas y sus cuerpos estaban cubiertos de heridas como resultado de la intensa lucha. Lo mismo ocurría con el terreno circundante; lo que hace un momento era un espeso bosque se había convertido en un páramo desolado.

 

El héroe se acercó a la bruja y le apuntó con su espada al cuello.

 

"Se acabó. ¿O todavía quieres hacerlo?"

 

"...... No, ya no tengo motivos para luchar contra ti. Así que déjame terminar".

 

La bruja cerró los ojos y dijo en voz baja.

 

"Sólo con matarme no exorcizarás la maldición que está acabando con este mundo. No lo olvides. Si no exorcizas la maldición que está en la raíz de este mundo, la calamidad que golpea a la gente no se detendrá."

 

"...... Lo sé. Lo he oído un millón de veces".

 

Los ojos de la bruja carecían de emoción. Pero, la bruja continuó.

 

"Con tu poder, estoy segura de que podrás salvar este mundo pronto. Puedes derrotarme. Así que si estás aquí, ya no tengo ninguna razón para vivir".

 

Mátame, deseó la bruja.

 

El héroe blandió la espada blanca y pura en su mano y preguntó a la bruja.

 

"¿Puedo preguntarte por fin por qué?"

 

"...... Sí. Entonces, ¿podrías escucharme? Es un poco triste morir sin dejar nada, así que por favor deja esto en tu memoria. La historia de la pobre bruja".

 

La bruja comenzó a hablar. ¿En qué pensaba, para qué vivía y por qué iba a morir? Hizo girar las palabras con su hermosa voz innata. Le contó al niño la vida de una bruja, o mejor dicho, de una niña.

 

"Yo me encargaré del resto. Asegúrate de salvar el mundo, héroe".

 

"Sí, lo dejaré en tus manos. Adiós, bruja".

 

Cuando el héroe terminó de escuchar a la bruja, volvió a enfundar la espada blanca y pura en su mano.

 

Después de eso, el chico que hacía de héroe salvó el mundo y se convirtió en un héroe en el verdadero sentido de la palabra.